Entrevistas

 

23-01-2023

Lagartija Nick, invocando a Buñuel


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Lagartija Nick se atreven con todo, mérito no les falta. En esta ocasión el homenajeado es Luis Buñuel. Los granadinos ponen música a los versos del aragonés y el resultado es El Perro Andaluz, un disco conceptual donde la magia y arte de Buñuel se capta en cada surco musicado por Antonio Arias y los suyos.

Val del Omar, Lorca, Buñuel… ¿Cual es el método para elegir a los protagonistas de vuestros discos temáticas?

Aparecen por invocación diría yo, unos nos llevan a otros. Después de Omega quisimos fijar la atención en otro artista visionario desconocido que era Val del Omar, quien nos lleva de la poesía a la cine-poesía y de ahí a Buñuel hay un paso. Un paso que ha necesitado veinticinco años en manifestarse. “Los cielos cabizbajos”, nuestro anterior disco, es un poema sinfónico de mi hermano Jesús que une unos textos fantásticos con el arte del periodismo, supongo que la elección de temas tiene que ver con la creación de una iconografía propia, una búsqueda de nuestra identidad.

¿Por qué en esta ocasión ha sido Buñuel?

Habíamos realizado una performance en el festival Abycine de Albacete musicando imágenes de pelis de Luis Buñuel en 2017 y fue todo un descubrimiento su poesía, nos movía a terrenos que nunca habíamos transitado. Al mismo tiempo era todo un atrevimiento, el de Calanda siempre comentó lo poco que le gustaba la música incidental y lanzarnos a poner textos y música sobre su cine fue apasionante ya que tiene mucho de su poesía.

¿Con qué criterio se ha elegido su poemario para musicarlo?

Conforme iban apareciendo, no había una norma, me refiero a que afrontamos tanto poemas cortos como poemas mucho más narrativos. Éramos nosotros los que nos adaptábamos a los poemas, de esa forma se establecieron dos campos, por un lado Buñuel en su tiempo y por otro lado Buñuel en su espacio. Es curioso que estemos ahora viviendo otros locos años veinte, lo mismo ha tenido algo que ver eso también.

Antonio, tras este disco hay cinco años de trabajo desde que se presentó alguna canción en el Albycine hasta su publicación. Comentarnos cómo fue su gestación.

Tras el estreno en Albacete ese repertorio estaba aparcado, hasta a nosotros nos parecía demasiado raro, la música y los textos nos llevaban por un camino que no habíamos transitado. Durante la pandemia pude abarcar otros poemas, fueron unos meses para revisar y ampliar el repertorio. Lo más llamativo era lo bien que me lo pasaba adaptando los textos de Buñuel, me hacía cantar cosas que nunca antes había cantado, ya sabes, lo del coito y todo eso. Una vez que nos pusimos a ensayar todo el grupo los antiguos y los nuevos temas vimos que teníamos algo que mostrar, algo por lo que luchar.

Buñuel tocaba el violín y Lagartija Nick se inspiran en el jazz, charleston, foxtrot, para ambientar El Perro Andaluz. También hay ritmos del bajo Aragón. Una mezcla muy particular.

Fueron esas dos vertientes las que marcaron el disco. La primera parte del trabajo se basó en la influencia de la música de los años veinte del siglo pasado, hay un tema de aquello años llamado “Limehoues blues” y muchos motivos musicales de esa canción se repiten a lo largo de las canciones de todo el álbum, en la canción “Pájaro de angustia” es el mismo Buñuel el que canta una melodía que nosotros continuamos inspirada en esas músicas. La cultura aragonesa debía estar presente y la sonoridad de los tambores de Calanda también, nos hemos sumergido en esas sonoridades y en “Al meternos en el lecho” las mezclamos con cantos de ánimas de la Hurdes, ahí es ná.

También es importante en el disco la relación entre Buñuel y Lorca, quienes coincidieron en la Residencia de Estudiantes, con Dalí.

Es un grupo de artistas fascinante en una época fascinante: el nacimiento del cine, Freud y el estudio del subconsciente, el ultraísmo, Gómez de la Serna etc. La relación entre todos ellos pasó por muchas etapas, amor intenso, odio, humillaciones y peleas, un clásico en la relación de cualquier grupo artístico. Todos ellos practican diferentes disciplinas pero la poesía es el lazo más fuerte entre ellos. Buñuel hace cine-poesía, Dalí picto-poesía y Lorca es el alma de la poesía, al final su figura lo baña todo y a todos.

Habéis involucrado para la elaboración del disco desde el Centro Buñuel de Calanda, al Centro de Documentación de Estudios Turolenses pasando por el artista Enrique Cabezón.

Fue Enrique Cabezón, que lleva el certamen poético de Logroño “Agosto clandestino”, quien me proporcionó la primera copia del poemario “El perro andaluz”, que había editado hacía tiempo. Él me puso en contacto con el Centro de estudios Turolenses, por otro lado Jordi Xifra, del Centro Buñuel de Calanda, escribe el texto de la funda interior del disco y así sucesivamente. También hablé con Ángel Petisme, que ya había editado canciones con poemas de Buñuel. En todos hay un propósito de divulgar la obra de don Luis y esa fuerza también impulsa el trabajo final.

¿Cómo se va a trasladar este álbum al directo?

Es un proyecto que empezó en directo y que ha ido creciendo. El diseño de escena lo han creado Cube, la misma empresa que desarrolló “Los cielos cabizbajos” en directo. En “El perro andaluz” hay un homenaje al cine con proyectores que nos iluminan y que proyectan sobre nosotros pelis antiguas. La pantalla trasera se llena de imágenes de Buñuel y Val del Omar entre otros, creando un diálogo entre todos ellos, es como encerrarlos en un espacio artístico durante hora y media y ver cómo se comportan.

Para finalizar, ¿conocéis la historia por la que Luis Buñuel no tiene una calle en Disneyland París? Podría dar para una canción.

Sí, es genial, le propone Disneyland París en 2003 a los herederos de Buñuel ponerle una calle un Bulevar del parque de atracciones y Juan Luis Buñuel, hijo del cineasta, les responde que estarían de acuerdo con dos condiciones: que les paguen 10.000.000 de euros (libres de impuestos) y que la placa ponga “Boulevard Luis Buñuel-Me cago en dios y en el fascista de Walt Disney”. Da para mucho más que una canción, podría haber sido el título del disco.

 

Fotografía: Antonio García Olmedo 

Autor: Rafa García-Moreno

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